May 2, 2017 - Francisco Cordero-Oceguera es un artista interdisciplinario que vive y trabaja en la Ciudad de México. Francisco recibió un BFA del Art Institute of Chicago, y fundó Lodos Gallery mientras vivía en Chicago. Regresó a la Ciudad de México en 2013, trasladando a la galería y su programa con él.

As told to Gabriela Jauregui, 4949 words.

Francisco Cordero-Oceguera habla sobre el arte y la amistad

Una conversación con Gabriela Jauregui
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Tu galería empezó en un departamento en Chicago, ¿cómo y por qué fue que se te ocurrió hacerla ahí, luego cómo llegó acá?

Yo estudié en Chicago y la escena de Chicago se volvió como muy fraternal, que puede ser muy malo y muy bueno: hay tres escuelas grandes de arte en el centro de Chicago, que son The School of the Art Institute, Illinois University y luego está Columbia College, entonces, lo más interesante que sucede en esa escena cuando estás estudiando arte, cuando eres joven, son los espacios que se llaman apartment galleries. Casi todos los artistas o profesores que no están trabajando con una galería comercial empiezan un proyecto y esos espacios se denominan apartment galleries, acá les dicen “espacios independientes”. Después de que yo terminé de estudiar, me quedé dos años más y en el primer año, sentí que me faltaba todavía ser parte de una conversación, me daba lástima ya no poder estar en críticas de estudiantes, de tener esa conversación con estudiantes o artistas todos los días, como cuando iba a la escuela. Y también eso me desencantó de hacer obras, ya no quería hacer trabajo, porque no había una retrolaimentación tan acelerada, solo porque no estaba en el ámbito.

Nadie estaba presentando mi obra, o si se presentaba no era lo que necesitaba, entonces decidí hacer una situación performativa, hice un último show en un apartment gallery que se llamaba Formerly the Artist: era yo despidiéndome del arte. Después de ahí como que ya no quise hacer nada de obra y en mi estudio, que estaba en un sótano de una casa donde vivía con otros tres artistas y cada quien tenía su mini estudio, decidí quitar mi mesa y montar una plataforma y tres paredes blancas, y empecé Lodos, ahí en Chicago. Aunque ya había existido en otros formatos donde curamos shows offsite, como cuando alguien decía Hey, can you curate my paintings in my apartment? Entonces, era una conversación como lo yo quería hacer. Así, después de eso, empezó el Lodos de la plataforma y fue muy acelerado porque el mes que lo empezamos me entero que me tengo que salir de los Estados Unidos, porque mi visa se va a expirar y no hay manera de renovarla, entonces ya teníamos un programa, entonces ese programa lo metimos en como tres meses y fueron como cinco exposiciones. Y fue algo muy padre porque, finalmente, en Chicago me sentí que como pertenecía a algo que quería pertenecer y con los artistas que empecé a trabajar, eran lo que a mí me gustaba en el arte. También fue una excusa para hablar con los artistas que me interesaban y crear una amistad. Por ejemplo, Noah Barker, que fue el primer show en Lodos en Chicago, sigue trabajando con nosotros hasta ahora, eso es algo para mí muy, muy valioso y es lo que quiero hacer con todos los artistas: generar esa amistad. Creo que es muy importante. Mucha gente no habla de amistades en el arte, o si sí como si fuera algo desafortunado, pero yo digo que es lo más valioso, porque son tus colegas, se vuelven tus cómplices en lo que estás haciendo. Y luego, cuando me salí de Estados Unidos y regresé a México para mí fue un golpe muy duro, estar seis años fuera y regresar a México sin conocer a nadie ni nada de la escena del arte. Las únicas personas que conocía eran a Brett [Schultz] y a Daniela [Elbahara] porque hice mis prácticas en su galería y a Gerardo Contreras, porque cuando estaba en Yautepec, Gerardo estaba organizando un show en la galería. Y por ellos tres, como que me reconecté con mucha gente acá, pero también la necesidad de abrir Lodos acá fue la misma que existió en Chicago. Necesitaba seguir el espacio acá y presentar a los artistas con los que trabajé en Chicago y seguramente, eventualmente, caería gente con trabajo que me interese aquí en México. Ha tomado mucho tiempo, pero estoy teniendo acceso a trabajar con artistas mexicanos o de la escena de aquí.

I'm bread, 2016. Medium: Talking bread.
I’m bread, 2016. Medium: Talking bread.

¿Por qué Lodos?

Lodos fue como más una decisión del momento. Estaba en Chicago y tenía un libro de [Guillermo] Fadanelli que se llama Lodo y me gustaba mucho cómo se veía estéticamente Lodo impreso en mayúsculas en negritas Times New Roman en curisvas, y también me daba mucha risa cómo se pronunciaba Lodos en inglés… loudous… Nadie le daba razón al nombre, que era lo bueno. Llegando a México eso camba porque ya tiene un significado como, lodos, tierras, no sé, pero en realidad no tiene mucho que ver con lo que significa más que con la decisión estética.

De cómo se ve la palabra…

De cómo se ve la palabra. Pero lo que pasó también es que en turco, Lodos tiene un significado y ví que muchas tiendas de abarrotes en Turquía se llaman Lodos, entonces me puse a investigar y significa “un viento del sureste”, así de específico, entonces hay coincidencias extrañas.

¡Ah, qué lindo! Accidentes felices. Y ahora que estabas describiendo cómo empezó el proyecto, te escuché decir muchas veces “conversación” o “diálogo”, ¿no? Aparte de la amistad, entonces te quería preguntar si tú ves Lodos más que como una galería, o un espacio independiente, o dependiente o codependiente, como un diálogo.

Sí, lo veo como justo eso, como una conversación, un diálogo también. Para mí ha sido mucho aprendizaje. O sea, yo nunca me quise poner en esta posición, nunca fue la intención ser un dealer, eso nunca me interesó, pero al paso de los cuatro años que ha existido la galería, he creado muchas conexiones a base de diálogo, y tambien en cierto momento, con base en dejar al espacio ser lo que es e invitar a otras personas a meterse en él, sin que yo tuviera tanta agencia. Porque luego la agencia se vuelve muy cínica, en cierta forma, como era mi galería y quería hacerlo de las maneras que a mí me gustaban. Entonces, sí es una conversación y así me gusta verlo. El programa se ha basado en eso, en dónde podemos crear una conversación inteligente, que sea interesante para mí y para el artista, y luego para el público. Entonces, sí, se basa en generar una situación que de pie a más diálogo. Creo que un ímpetu del proyecto siempre ha sido pensar que la exhibición no se termina cuando se clausura el show, o sea, que de ahí sale otra cosa y de ahí va salir otra cosa. No nos gusta pensar en el arte como algo que para una vez que la exposición se inaugura. Como hubo el proceso de antes, está el proceso de la exhibición, y esperamos que haya un proceso después, creo que eso es importante.

From a solo exhibition I did in Lausanne in 2016. The exhibition took place at No Conformism, and my show was titled ‘No! , Conformism’.
From a solo exhibition I did in Lausanne in 2016. The exhibition took place at No Conformism, and my show was titled ‘No! , Conformism’.

Ahora que describes eso, siento yo –tal vez me equivoco- que eres de las pocas galerías que tiene vínculos fuertes y sobretodo constantes con la palabra escrita. Es decir como lo marca tu tarjeta, “Lodos es un espacio de exhibición organizado por artistas, curadores, escritores, colaboradores y amigos”. Por ejemplo, tienes artistas que son también poetas o que así también se denominan, y ahora que describes el proceso de la galería, siento yo que también podría ser como el proceso de un libro: está la parte donde la persona lo está escribiendo, está la parte de “ya, se editó el libro, se presenta” o qué se yo, y después el libro vive, pues, en los lectores ¿no? Y un poco sentí esto que lo describes, es un proceso vivo, que te trasciende o que trasciende la exposición, pero que generalmente no se piensa así, es como “bueno, ya acabó la expo, el proceso, el artista sigue, pero para una nueva expo”, pero que esa expo, pues ahí murió. Si la viste, chingón. No la viste, te la perdiste. Y si se venden las piezas, muchas veces quedan desperdigadas, o no se venden y se quedan arrumbadas…

En la bodega… creo que también viene mucho con el enfoque inicial, desde que el trabajo que yo hacía como artista se volvió muy inmaterial y muy de no tener un taller donde trabajar, que se generaba todo en sitio, y luego cuando Lodos se mudó a México y empezamos a invitar artistas, trabajábamos con artistas del extranjero y no había una economía que sustentara el espacio, entonces todo se hacía a base de instrucción, entonces todo siempre fue en una fórmula de cómo se puede hacer obra sin presentar obra física. Entonces, de ahí sale el trabajo que hacemos con muchos artistas que también pensaron de esa manera. Ahora las cosas ya se facilitaron más, pero también ese enfoque viene de cómo generamos el programa anual. Lo que yo quiero, es como generar en una narrativa, si se puede decir así: hay una expo y en la siguiente en cierta forma se toca un poco del show pasado. Y así vamos a trabajar, por lo menos en esta nueva fase. Por ejemplo, la exposición anterior se tituló “Se nos cayó el teatro” y se relacionaba con algo que organicé con Diego Salvador Ríos en El Eco, que era la última cosa que hizo Lodos en México antes de mudarnos de espacio. Armamos una obra de teatro en El Eco, en base de escritos de artistas, y colaboradores y esa era como una despedida simbólica de la San Rafael de Lodos e invitamos a toda la gente de que alguna forma se involucró con Lodos en la San Rafael y era como nuestro punto álgido. Y luego, cuando empezamos este espacio, fue nuestro nuevo ascenso nuestro nuevo punto álgido, porque era otra experiencia, y por eso titulamos la obra “Se nos cayó el teatro”, como se nos vino abajo el jueguito y también estábamos jugando el juego de tener una galería profesional y en esa exposición abordamos temas como el ser extranjero en México, pero también el considerar ser mexicano en México. Cómo un espacio mexicano, tomando en cuenta que gran mayoría de los artistas con quienes trabajamos que son del extranjero, los podemos hacer conscientes de que esto no es como un paseo para nadie, nos estamos situando en nuestra posición porque yo te invito a México porque quiero que estés en México, no porque sea provechoso, es porque cosas suceden en México que son separadas a tu forma y a tu proceso… y en cierta forma, esa discusión hablaba un poco de todo lo que se ha hablado en México en el arte en los últimos años, de la posición de México… comparándola con ciudades grandes de otros países. Y la exposición de Kasia Fudakowski también aborda eso, pero ahora desde afuera para dentro, entonces sí queremos generar esa conversación a lo largo de todas las exposiciones. Quizás los artistas no se lleguen a conocer entre sí, pero en sí, tú, como visitante a la galería, podrás ver como una genealogía de lo que es esa conversación. No saltamos de expo en expo solo porque le toca a este artista…

Así se va haciendo una conversación también…

Y creo que eso es importante. También pensando en la vida que llegue a tener el espacio: no queremos que el espacio desaparezca y no tenga un documento más allá de que tuvo treinta exposiciones. Entonces, sí es importante la palabra escrita.

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This photo is an exhibition view of Se nos cayó el teatro, a group show at Lodos. Opened in December of 2016.

Pasaste de ser galerista de apartamento y, pues, artista de clóset, a un nuevo nivel de conversación. Y mientras dejaste de hacer arte por completo o bien sientes que de cierta forma tu gran proyecto como artista es generar este diálogo, esta conversaciónque se materializa en Lodos.

La gente me pregunta ¿eres curador, qué eres? Y yo les digo: no, no me considero curador, pero tampoco me puedo considerar artista. Cuando estoy sentado aquí no me siento artista, pero siento que estoy generando algo que va más allá de una posición económica, que ese no es mi enfoque. Sí me interesa hablar con los artistas. Me gusta eso. Y artista de closet no me volví, nada más que la galería requirió más de mi tiempo. Y mi obra se volvió más específica al sitio, entonces si me invitan a una exposición yo no tengo la práctica de estudio, entonces tengo que buscar cómo meterme al espacio. Entonces lo que hago aquí en Lodos siempre fue paralelo a lo que yo hacía, o a lo que hago, pero nunca los vi como cruzarse más allá de las conversaciones. El espacio sí lo veo como una extensión del arte, no de mi práctica, pero de lo que yo quiero estar haciendo en el arte. Lo hago porque esto es lo que quisiera estar haciendo en el arte, lo estoy haciendo bien aquí, me da mucha alegría cuando trabajo con un artista que me entusiasma y me empieza a gustar otra vez la obra, como yo pensaba como artista, y eso es lo que más me gusta de montar una exposición. Cuando se da esa conexión, aprendes mucho del artista y pone en duda lo que habías hecho. Te cuestiona también el hecho de por qué hice esto, por qué hiciste esto y empiezas otra vez a hacer las conexiones con otros artistas y empiezas a pensar otra vez en algo que te emociona.

cómo te sientes tú, siento que es un equilibrio difícil de mantener, como tu trabajo aquí en Lodos es una extensión también, no de tu práctica, pero sí de lo que te interesa en el arte. ¿tú mencionas que son como dos mundos paralelos?

Sí.

Y cómo le haces, te molesta o no, cuando la gente es dice, bueno ese güey no es artista, es dealer, o que te invitan como artista y bueno, ahí se dan cuenta que implica también tu vida toda esta otra gestión de un espacio, con un diálogo constante con un montón de artistas, ¿cómo mantienes el equilibrio y cómo sientes que no te pierdes tú en eso?

Pues, no perderse es muy difícil.

O si te pierdes, que sea como una desviación chingóna.

Justo cuando inicié el proyecto y ya sabía qué iba a hacer, nunca quise que estuviera mi nombre conectado a Lodos, también porque no quería que se dieran las situaciones donde te invitan a una exposición porque diriges este espacio. Y es que en ese momento, las exposiciones a las que a mí me invitaban eran en espacios manejados por otros artistas, entonces como que no quería que las relaciones se basaran en oportunismos de que “tú exhibes en mi espacio y yo exhibo en tu espacio”, que si da que se den cuando la conexión es genuina y es valiosa, de amistad, y no de…

Conveniencia…

Entonces, eso es lo quise separar mucho y luego me di cuenta, con el éxito que tuvo la galería, que me iba a ser imposible, pero también ahí es donde yo tengo mucho cuidado en qué proyecto valorizo. Sí hay que ser cautelosos en ese sentido, porque el arte para mí es eso: generar la conversación, el diálogo interesante y también ser genuino y amistoso, sí tener ese sentido de amistad con las personas con las que trabajas, la palabra más simple es como estar en confianza, creerles, confiar en alguien. Si no confías, es mejor no hacer nada con esa persona.

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This photo is an exhibition view of BAD BASKET, a solo show by Kasia Fudakowski at Lodos, it Opened in February 2017.

Claro.

Sí fue difícil separarlo y lo es todavía, pero no me molesta, no me molesta el que digan: ah, el de Lodos es dealer y quiere ser artista o al revés, es artista y quiere ser dealer. Pues así se dan las cosas. También se vuelve una situación muy performativa, en cierta forma. Antes me molestaba mucho participar en las ferias, pero ahora ya como que entiendo más cómo funciona y puedo jugar el papel de dealer, que es muy cagado al fin y al cabo.

De vendedor…

Ser vendedor te vuelve muy cínico alrededor del arte. Eso lo debes de proteger. Y si eres consciente de eso, siendo artista, siendo dealer, eso es lo más valioso. Porque, al principio, cuando empezamos a tener ventas en la galería, mi forma de pensar el arte se perdió completamente y eso me lastimó mucho, porque solo pensar en, “puta, ya sé cómo funciona el mercado, ya sé cómo funcionan los coleccionistas”, empiezas a pensar en sistemas económicos más allá de lo que valorizas como del objeto o de la idea. Pero eso lo aprendí muy rápido y eso fue bueno que se diera rápido, porque ahora ya también suelto eso y puedo diferenciar ciertas situaciones. Pero es muy difícil. Estaba hablando con una curadora alemana y me dijo algo que me gustó mucho. La chava estaba muy interesada en los espacios y en el precio de las obras y le dije: oye, ¿alguna vez pensaste en abrir una galería tú? Y me dijo “no”. Y yo, ¿por qué no?, “porque nunca quiero tener la oportunidad de pensar en el arte de esa forma, porque mataría mi amor al trabajo”. Y la entendí. A mí me sucedió y es difícil volver a recuperar la sensibilidad inocente del arte después de que haces tres ferias en un año. Entonces, igual es difícil, pero por eso es padre encontrar artistas que te vuelvan a enseñar, por esto me gusta hacer lo que estoy haciendo.

Claro, para que no se muera tu alma haciendo esas cosas, sientes que el antídoto a eso son los artistas mismos, ese cotorreo, esa amistad con los artistas.

Sí. para mí, el cotorreo es sumamente importante y el cotorreo en México me gusta mucho, porque es sumamente abierto, y esto lo he hablado con muchas personas del extranjero. Por ejemplo ahorita que empezó la semana de la feria de arte, me decía un amigo you Mexicans are hard, like, you talk shit openly y eso se hace muy valioso, porque ese desquite entre artista, curador, galerista es bueno, porque las puñaladas por la espalda se vuelven más leves, y lo pasas al siguiente nivel y podemos o no ser amigos, pero sabes quiénes son tus amigos, sabes quienes no son tus amigos y se convive de una manera más abierta, en vez de estar hablando a espaldas.

En vez de ser tan polite y bien educados y luego por detrás eso de detestar lo que hace esa persona.

Y justamente lo que me gusta de los artistas con los que trabajo, es que tienen esa apertura y cuando me sorprenden es cuando son muy autocríticos y se implican a ellos mismos en sus exposiciones y a veces muchos artistas con los que trabajo siempre dicen “odio el arte” y eso es importante, decir eso como artista me gusta mucho, porque habla de algo más externo, pero también habla de como todos somos consientes de nuestra propia posición dentro del sistema como que odiamos el arte pero queremos trabajar en obras. Y en más en el contexto de México, el país me encanta, pero sabemos lo que sucede aquí, si te vuelves cínico, pierdes y es importante no olvidarlo.

Por otro lado, México existe todos los días afuera de los días que vienen los extranjeros a visitar, a las ferias de arte y eso. Entonces vivimos una realidad muy distinta a la que están presentando en los artículos de las revistas de arte contemporáneo. Es como si los artículos no están escritos para nosotros. Están escritos para un público extranjero. Porque es bonito visitar México, porque la gente es linda, porque es barato para “nosotros” que ganamos en dólares, en Euros, pero pues aquí, las cosas no son bonitas para nada. O sea, es bonito tener un proyecto. Pero también hay situaciones que a mí me lastiman mucho, como por ejemplo acaban de desalojar a los junkies de acá y sabemos que es por culpa de este edificio. Entonces tú, como ciudadano, ya no es como galerista, sino como ciudadano de tu país, puedes tener ciertas acciones que puedan cambiar cosas por lo que tú haces. Entonces sí me molestó que el dueño del edificio mandara una nota como “¡Estamos muy felices porque logramos remover a los…” No los llamó junkies pero…

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This photo is an exhibition view of Dear Chantri… by Korakrit Arunanondchai, at the old Lodos location. It opened February of 2016.

A los “indeseables”.

¿A dónde van a ir? ¿a dónde los mandaron? Porque sí fue una escena, llegaron granaderos, bloquearon las dos calles de los dos lados, llegaron camiones de basura y les tiraron todas sus cosas, fue como un desalojo pero no es como que los están mandando a rehabilitación para que puedan volver a incorporarse a la sociedad. Por alguna razón no estaban incorporados a la sociedad, porque no quieren incorporarse a la sociedad o la sociedad no los quiere. Entonces yo, como persona, no como dueño de este espacio, ¿qué digo o qué hago? ¿Cuál es mi responsabiliadad? Al entrar a este edificio también sabíamos que iba a suceder algo. Pero luego, cuando se hace, te preguntas qué puedes hacer con eso. ¿Cómo lo resuelves? Esta pregunta me duele, porque no tengo la respuesta… Si me pongo a hablar de México es otra la situación muy diferente a la que se vive dentro de este espacio. Pero queremos que este espacio también sea un reflejo de eso, pero a la vez sabemos que el arte no es tan abierto como debería ser, entonces como que sí hay situaciones donde se pone más extraño tener una galería y ser joven. Siento que todavía no he hecho mucho por ese lado del país.

No, pero creo que poner atención es importante y, siento yo que mucha gente como que quiere hacer como que esas cosas no pasan. O que al revés dice, no, pues yo sí estoy muy activo y mi arte tiene una relación directa con la realidad de México y eso no es forzosamente cierto…

Pero no se puede ignorar. Yo tengo dos facetas, que son hacer este trabajo y luego… cuando hay algo que sí me llama, voy y lo hago, participo. Hace algunas semanas cuando ganó Trump, decidimos recibir unas lecturas alentadas por dos artistas extranjeros, que también se abriera un foro, para discutir las situaciones externas al país, que pensemos o no, nos afectan como ciudadanos y participes culturales. No hablamos de Lodos como un espacio politico, pero la decisión de que exista un espacio como Lodos ya es un gesto politico. Decidir ser artistas, es un acto politico.

Todo es político, claro, profundamente es una decisión política.

Entonces somos un foro político, ¿no? Pero el hecho de que existimos, es un foro para eso que se comunica de una forma u otra.

A pesar de o precisamente porque sabes lo que está pasando aquí, o a pesar del odio al sistema del arte…

Trabajas porque hay algo valioso ahí que te está jalando, entonces tienes que trabajar por eso … y trabajar es trabajar, a la chingada.

¿Y de dónde sacas la fuerza? Para chingarle a pesar de todo…

No sé, creo que mucho se lo debo a mi familia. Son académicos, pero también de clase media y nosotros crecimos clase media.

¿Aquí en el D.F.?

En el D.F. yo y mi hermana y mi mamá y mi papá. Mis papás la inversión más grande que hicieron en mí y mi hermana fue en la educación. Y acabé en situaciones muy raras en que iba a una escuela de supermillonarios y ni yo ni mi familia nunca podría llegar a esos niveles, pero entonces la fuerza yo digo que viene de esa lucha, de esa lucha de mis papás, post 68, solo por hacer lo que tienes que hacer, como por los medios que sean necesarios, que en este contexto era como que si mis papás lucharon por nuestra educación –lo miro como que es una lucha que vale mucho- entonces ese es el valor. Mi mamá siempre me dice, “no puedes fallar, porque no te educamos para fallar”. Es decir “nunca hemos fallado nosotros y no hemos tenido los recursos para no fallar”. Entonces creo que eso me da mucho, creo que también un valor esencial es la amistad. Me gusta lo que hace la gente alrededor de mí, entonces el apoyo, lo que ellos me han dado a mí es lo que yo he dado de regreso. Y por eso la galería creció. Porque, de los artistas con los que trabajamos desde que estábamos en el sótano, uno de ellos ya exhibió en dos bienales, para mí eso es sorprendente, crecer como a la par.

Algo que describiste en la primera pregunta, los principios de Lodos, crecer a la par y cómo en general no se percibe que en el mundo del arte haya amistad. Sí entre artistas, pero casi nunca entre un galerista y un artista. Pero cuando se da esta situación en la que tú vas creciendo a la par de tus artistas…y a partir de la amistad siguen creciendo juntos…

Sí… por eso no es como ser el dealer de estos artistas, somos como cómplices. Por eso siempre he sido muy abierto de que Lodos es un proyecto de varias personas, aunque sea yo el que esté como director, sin ellos no existiría el espacio.

Sin artistas, pues no hay galería.

No habría galería. Son mis amigos. A veces eso se da a la inversa: comienzo a trabajar con ellos y se vuelven mis amigos, y yo abordo los proyectos siempre con la actitud de que yo estoy aquí para ayudarte. Si no conozco al artista y lo invito, yo estoy aquí para hacer que el proyecto suceda pero en eso da un nivel de confianza que al final, allí se hacen las amistades. Un proyecto aquí dura dos meses de exposición, pero hay meses de producción antes, entonces obviamente se va a generar como algo más allá del trabajo que hicimos. Porque así soy yo, soy una persona que quiere generar esa confianza y quiere, como cualquier otro humano, bueno, caer bien.

Seguro que no siempre es el caso, hay muchas veces donde hay esa colaboración y en esos meses de producción, lo que se genera es un chingo de tensión…

Sí, también…

Y todo acaba muy mal..

Me ha sucedido

¿Sí ha sucedido?

Ha sucedido con gente que conozco desde hace años. Entonces ya nos conocemos, como con Noah no hemos tenido un proyecto donde no se sienta una tensión entre nosotros, pero también es porque somos personas ya con súper confianza de que podemos gritarnos, no vernos hasta la inauguración y en la inauguración está todo bien. Sí hay cosas, pero se da eso con la familia y con todo.

Con la familia cuando te peleas al final casi siempre te reconcilias porque está el vínculo de familia. Acá cuando hay tensiones, ¿el vínculo es la amistad y es el arte, o qué es lo que salva la relación?

no sé si sea el arte…

O el odio al arte [risas]

Creo que es más la confianza, la amistad. El arte tiene que ver mucho con esa amistad al fin y al cabo. Sí.

El arte atraviesa la amistad más que la amistad atravesar al arte.

Estamos hablando de arte como ideas… por las conversaciones que tenemos del arte. No con todos los artistas que trabajo tenemos la misma visión de lo que el arte tiene que ser o cómo lo vemos, pero creo que eso también es importante y que las conversaciones y lo que uno saca del otro es lo que nos mantiene unidos.

Sí, aunque no tengan la misma visión del arte…

Ni la misma ideología, a veces…

Pero sí tienen el mismo interés de dialogar…

De dialogar, sí, espero.

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